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El gato y las ratas

Marramaquiz era uno de los gatos más temidos en el mundo de los ratones. Qué lo hacía tan temible os preguntaréis, su olfato prodigioso, capaz de detectar a cualquier ratón a una gran distancia.

Quiso el destino, que se instalara en un viejo caserón lleno de ratones. Allí, en el rincón más oscuro, dormía y observaba a sus futuras presas, sin que estas sospecharan que allí se encontraba tan mortal enemigo. Día a día, los ratones iban cayendo en sus garras, sin que nadie pudiera hacer nada para solucionarlo.

Cansados de sucumbir ante tan brutal enemigo, los ratones llegaron a la conclusión de debían dejar de caminar por el piso de abajo, con el fin de que el gato no los viera. Así lo hicieron, hasta que Marraquiz se dio cuenta del engaño y comenzó a idear como volver a comer todos los días.

Tras meditarlo, dio con la idea que más acertada le parecía, sujetarse con sus patas en una viga y fingir que estaba muerto. Una treta, que no le dio muy buen resultado, pues los ratones enseguida se dieron cuenta de su engaño y pasaban de largo.

MORALEJA
Cuídate de aquellos que una vez te han engañado, pues pueden volver a intentarlo.
Breve cuento sobre: El gato y las ratas
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fabula La zorra y las uvas

Una señora llamada Genoveva era muy admirada en la comarca donde vivía y no era para menos pues tenía la mejor siembra del lugar, cultivaba en sus huertos con mucho amor y trabajo frondosas y hermosas parras de uvas cuyos racimos eran tan grandes y jugosas que despertaba el apetito de quien pasara por ahí y contemplaba las deliciosas uvas.


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Doña Genoveva cuidaba tanto su huerto de uvas que tomaba todas sus precauciones poniéndolas bien en alto y protegidas.

Una tarde paso por ahí una hambrienta y sedienta zorra y no sabía cómo zacear su voraz apetito y sed, cuando de pronto se percató de que había un huerto con deliciosas y ricas uvas y vió la manera más fácil de robarlas, pero estaban tan altas que salto y salto para alcanzarlas, pero fue inútil pues las uvas estaban lejos y protegidas, que cada intento por robarlas era inútil, no pudo alcanzarlas y rendida se alejó y dijo:

"Esas uvas están todas feas y verdes" y diciendo esto paso de largo y se fué.

MORALEJA
si por tus culpas fracasas , no busques excusas falsas, y mejor esfuérzate!
cuento para comprension de lectura: La zorra y las uvas

Nuevo cuento para leer:La aldeana, la zorra y el gallo
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El bandido y el leon

Un hombre que cargaba con muchísimos delitos sobre su conciencia, tenía que vivir huyendo constantemente de la justicia.

Encontrábase una vez en una ciudad en la que había cometido una de sus fechorías cuando creyéndose descubierto, tuvo que escapar para evitar que le prendieran.

Pensó que lo más seguro sería dirigirse al pueblo vecino donde nadie lo conocía; para ello tenía que atravesar una zona extensa y complemtamente desierta. A mitad de camino, y surgiendo de detrás de unos arbustos, se le apareció un enorme león.

Al verlo, el bandido sintió pánico indescriptible, y poniéndose de rodillas, exclamó:

"-¡Oh! ¡inútil es tratar de escapar de nuestro destino! He cometido muchas picardía, pero la justicia de la cual he pretendido vanamente huir se presenta ante mi en la forma de este terrible león dispuesto a devorarme"

Tan asustado estaba el bandido, que no advertía que el león, que era en realidad bastante bonachón y tan noble como suelen serlo muchos de los de su especie, le miraba asombrado sin alcanzar a comprender que él mismo era la cuasa del pánico de auqel hombre, a quien no tenía la menor intención de hacerle daño.

MORALEJA
Quien tiene intranquila su concienca, encuentra en el temor su penitencia
El bandido y el leon
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El aguila y el escarabajo

A punto de ser atrapada por una enorme águila, la liebre le pidió a un escarabajo que por allí pasaba, que intentara hacer algo para salvarle la vida. El voluntarioso escarabajo, caminó de forma decidida hacia el pájaro y le rogó que dejara en libertad a la pobre liebre. A pesar de sus buenas palabras, el águila lo ignoró por completo, dando cuenta de la liebre frente a él.

Escandalizado por tan cruel comportamiento, el escarabajo dedicó los siguientes meses de su vida a observar al águila para encontrar el mejor momento para vengarse. Un día, mientras el águila se marchó para buscar algo de comer, el escarabajo bajó hasta su nido y empujó los huevos de su enemiga al suelo. Así fueron pasando los años hasta que el águila, harta de esta situación le pidió a Zeus que le diera una solución para su problema.

El Dios decidió acoger los huevos del ave en su regazo, para que estuvieran más seguros. A pesar de sus precauciones, el escarabajo le lanzó una bola de barro a Zeus, el cual se levantó rápidamente para limpiarse, lanzando sin querer los huevos al suelo. Desde entonces, las águilas jamás ponen sus huevos cerca de los escarabajos.
MORALEJA
Nunca menosprecies aquello que parece poco importante
El aguila y el escarabajo

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Los tres protectores

Fracasadas las negociaciones entre los dos reinos, la ciudad más rica de uno de ellos, estaba siendo rodeada por las tropas del enemigo. Alarmados por esta situación, todos sus habitantes se reunieron en el sitio más seguro de la ciudad, para decidir cuál era la mejor manera de protegerse.

Uno de los ladrilleros más reconocidos, decía que los ladrillos eran los protectores más eficientes para resistir un largo asedio.

Por otra parte, se escuchaba la voz de un carpintero, exponiendo a todos lo que lo quisieran escuchar que la madera tenía muchas más utilidades y era mucho más barata que los ladrillos.

En medio de tanto alboroto, el curtidor con más experiencia de la ciudad, se puso de pie y tras captar la atención de todo el mundo dijo:

- Estimados convecinos, aprecio sus sugerencias, pero permítanme que les diga que ninguna tiene validez. Entiendo que quieran hacer destacar sus oficios, pero si queremos resistir de verdad a este asedio, el mejor material que es el cuero, el cual es el único que podemos utilizar para calentar nuestros cuerpos.
MORALEJA
Si no quieres que te tomen por ignorante, conoce muy bien las ideas que defiendes
Los tres protectores
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El tordo

Una soleada tarde de primavera, un tordo de brillantes plumas, aterrizó en un frondoso bosque de mirlos para alimentarse. Tan dulces y tiernas eran las semillas producidas por dichos árboles, que por mucho que se lo propusiera, era incapaz de dejar de devorarlas con ansia.

Tanto le gustaron estas semillas, que no había ni un solo día en el que el pájaro no hiciera acto de presencia en alguno de los mirlos que poblaban el lugar. Unas visitas cada vez más prolongadas, que comenzaron a llamar poderosamente la atención, del cazador de pájaros que solía trabajar por la zona.

Tras pensarlo durante algunas semanas, el cazador de pájaros decidió capturar a tan recurrente visitante. Sin que el tordo lo advirtiera buscar el momento más el cazador tendió una trampa, en la que el pájaro se enredó al instante. Al descubrir la penosa situación en la que se encontraba, exclamó con gran tristeza:

- ¡Pobre de este tordo tonto! Tanto me he emocionado comiendo estas ricas semillas, que se me ha olvidado lo más importante, mirar por mi propia seguridad para evitar que otros pudieran cazarme fácilmente.
MORALEJA
Nunca permitas que un momento agradable, te haga caer en un error difícil de reparar
El tordo
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El hombre y la estatua

Un hombre muy pobre, se encontró tirada en medio del campo una bellísima estatua de un dios.

Estatua, que el hombre se apresuró a limpiar para verla en todo su esplendor, llevándosela a casa con la esperanza de que el Dios representado recompensara su buena acción.


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Los días fueron pasando y el hombre comenzaba a desesperarse. Harto de no obtener respuesta a su buena acción, agarró al dios por los pies y lo lanzó con todas sus fuerzas contra una pared. Al golpear la cabeza de la estatua en la pared, esta se partió en mil pedazos, dejando a la vista una enorme cantidad de monedas de oro. Sorprendido ante tal hallazgo, el hombre corrió a recogerlas mientras decía:

- Me da la impresión de que no tienes muy claro cómo hacer tu labor correctamente. Cuando te he estado cuidando y adorando sin descanso no me has ayudado en lo más mínimo y ahora que te estoy maltratando, no solo no me castigas, sino que encima me premias con una gran fortuna.

MORALEJA
Si quieres conseguir algo de alguien ingrato no le elogies, ya que con este tipo de personas tan solo funcionan los castigos
El hombre y la estatua

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El cerdo y los carneros

Hace muchos, muchísimos años, un cerdo se escapó de una granja en el que era maltratado por sus compañeros. Tras vagar muchos días por el campo sin rumbo fijo, encontró un enorme rebaño de carneros comiendo tranquilamente en un vasto prado. Con mucho cuidado y sin hacer ningún aspaviento, el cerdo se acercó hasta ellos, con la esperanza de que no le hicieran daño.

No solo no le hicieron ningún tipo de daño, sino que además se integró en el rebaño como si de un miembro más se tratara. Así fueron pasando los días, hasta que el pastor se percató de su presencia y lo atrapó para llevárselo a casa.

Al verse agarrado por una de sus patas, el cerdo comenzó a intentar liberarse de todas las manera posibles, liberando unos estridentes gruñidos. Ante tal escándalo, los carneros le reñían de la siguiente manera:

- No formes tanto escándalo amigo. A nosotros también nos agarra el pastor y no armamos tanto revuelo. - No es lo mismo –dijo el cerdo muy enfadado- . A vosotros os agarra para quitaros la lana, pero lo que me quiere quitar a mí es la carne.
MORALEJA
No llores por lo que puedes reponer, sino por aquello que nunca puedes volver a tener
El cerdo y los carneros
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La rosa y el amaranto

En un enorme jardín, lleno de las más fascinantes plantas que se podían encontrar en los cinco continentes, los jardineros habían plantado en un mismo parterre un rosal y un amaranto

Todos los días, cuando el sol hacía brillar las gotas de rocío depositadas en sus flores, el amaranto le decía al rosal: - ¡Qué maravillosa flor es la rosa! No me extraña que con tu fragancia y hermosa presencia todo el mundo quiera estar a tu lado.
Unos halagos a los que el rosal contestó de la siguiente manera:

- Todo lo que dices sobre mis flores, es cierto amigo amaranto, pero son tan efímeras que apenas tengo tiempo de encariñarme con ellas. De hecho, aunque mis rosas sean cortadas por la mano de algún jardinero para servir de adorno, estas también pierden su hermosura en muy pocos días. En cambio tú, no tienes que preocuparte por esas cosas, ya que tus flores nunca pierden su color y tus hojas lucen siempre tan brillantes, que da la impresión de que todos los días renaces.
MORALEJA
En lugar de envidiar a otros, es mejor que nos demos cuenta de nuestras propias virtudes
La rosa y el amaranto

Siguiente lectura didactica a leer: La corneja fugitiva
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La pulga y el hombre

Mientras disfrutaba de un magnífico sueño, un hombre comenzó a sentir picores por todo el cuerpo. Indignado por esta situación, buscó y rebuscó por toda su cama para ver quién le estaba causando tan grave molestia. Tras minutos de incesante búsqueda, encontró a una minúscula pulga a la que le dirigió las siguientes palabras:

- ¿Quién te has creído que eres insignificante bichejo, para estar picándome por todo mi cuerpo y no dejarme disfrutar tranquilamente de una merecida siesta?. Contestó la pulga:

- Discúlpeme usted querido señor, no deseaba perturbarle de ninguna manera; le pido que me deje seguir viviendo, ya que por mi pequeño tamaño no puedo llegar a causarle a alguien tan grande como usted un gran perjuicio. El hombre, riendo a mandíbula batida las ocurrencias de la pulga, le dijo:

- Lo siento pequeña, pero no puedo hacer otra cosa que acabar contigo para siempre, ya que no deseo que no tengo ningún motivo para seguir aguantando tus picaduras, por muy grande o pequeño que pueda ser el perjuicio que me causes.
MORALEJA
Todo aquel que le hace daño a otra persona, debe estar dispuesto a afrontar las consecuencias
La pulga y el hombre

Nuevo cuento: El caballo y el soldado
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La vieja y el médico

En un pequeño pueblo, vivía una vieja a la que su vista iba abandonando por momentos. Para evitar que su problema continuara agravándose, llamó a un médico, al que prometió pagarle generosamente si conseguía curarla.

Al día siguiente, el médico se presentó en su casa con un medicamento, para el que era necesario que mantuviera largo rato los ojos cerrados. Así fueron pasando los días y despareciendo los muebles de la anciana, ya que cada vez que se aplicaba el ungüento, el médico aprovechaba para robarle alguno de sus valiosos muebles.

Cuando se terminaron los muebles, el médico dio por finalizado el tratamiento, reclamando el pago prometido. Un desembolso al que la vieja se negó tan rotundamente, que el médico la llevó a los tribunales. Allí la anciana dijo que era cierto que le había prometido pagarle, pero que en lugar de curar su vista, esta estaba peor que nunca. Preguntada sobre el motivo de tal afirmación dijo:

- La razón es bien sencilla, antes del tratamiento conseguía ver los muebles de mi casa y ahora mismo soy incapaz de ver ninguno.
MORALEJA
Los que son perversos se descubren con sus propias acciones
La vieja y el médico
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La avispa y la serpiente

En un lejano país, había una avispa que guardaba celosamente la casa que tanto le había costado construir. Tan terrible era cuidando su hogar, que ningún otro animal se atrevía a pasar por sus inmediaciones.

Una tranquila mañana, se deslizó por allí una serpiente del otro lado del río, la cual desconocía por completo la mala fama que tenía la avispa. Nada más verla aparecer por el lugar, el enfurecido insecto se lanzó sobre sobre la cabeza de la serpiente, mordiéndola y golpeándola con tanta saña, que la dejo al borde de la extenuación.

Aturdida por tan repentino ataque, la serpiente intentó encontrar la mejor manera de liberarse de tan molesto tormento. Justo en ese momento, vio venir por el camino, lo que ella pensaba que podía ser su salvación, un enorme carro de madera. Cuando la rueda del carro estaba a punto de pasar por su lado, metió la cabeza, deseando que aplastara a la molesta avispa.

- Sé que no estoy haciendo lo mejor para mí, pero por lo menos ya no tendré que preocuparme por este bicho.
MORALEJA
Por muy buena que parezca la solución, no te dañes a ti mismo para librarte de otro.
La avispa y la serpiente

Nueva lectura: El hombre yla estatua
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El astronomo fábula infantil de Esopo

En un lejano país, en el que la ciencia era un pilar muy importante para todos sus habitantes, había un anciano astrónomo, al que le gustaba realizar el mismo recorrido todas las noches para observar las estrellas.

Cierto día, alertado por uno de sus viejos colegas de la aparición de un astro extraño en el cielo, salió de la ciudad para poder verlo con sus propios ojos. Tan emocionado estaba el astrónomo mirando al cielo, que no se dio cuenta de que a muy pocos pasos de él había un agujero. Al verse metido en tan angosto lugar, comenzó a gritar pidiendo ayuda.

Quiso el destino que por allí pasará un hombre, el cual se acercó hasta el agujero para ver lo que le sucedía; informado de como las cosas habían sucedido, le dijo al astrónomo:

- Te ayudaré encantado a salir de ahí, pero te aconsejo que la próxima vez que salgas por un lugar que no conoces, estés mucho más atento a lo que te puedas encontrar en el suelo sobre el que caminas.
MORALEJA
Antes de lanzarse a la aventura, hay que conocer el lugar por el que se transita.
fábula El astrónomo
Ver también La fábula de El lobo murmurador
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La pantera y los pastores

A pesar de que siempre caminaba con extremo cuidado para evitar las trampas de los cazadores furtivos, la pantera quedó atrapada en el fondo de un hoyo. Al escuchar el ruido provocado por la fiera, varios pastores se acercaron al agujero para ver qué es lo que sucedía.

Viendo a la fiera indefensa algunos de ellos comenzaron a lanzarle palos y piedras para acabar con su vida, otros por el contrario le arrojaban comida para que pudiera recuperar fuerzas. Cuando cayó la noche todos los pastores se marcharon a casa esperando que se produjera el desenlace deseado por cada uno de los dos grupos.

Gracias a la comida, la pantera consiguió reunir las fuerzas suficientes para saltar fuera del agujero.

Pasados unos días, volvió la pantera al mismo lugar para vengarse de los pastores y de su ganado con una furia. Al ver tan terrible espectáculo, los que la ayudaron a salvarse se pusieron de rodillas, implorándole a la pantera que les permitiera seguir viviendo. Paseándose frente a ellos les dijo:

- Nada tenéis que temer de mí, ya que al igual que recuerdo a los que me han hecho daño, conozco a los que me han ayudado a seguir viviendo. Tan solo hiero a los que se lo merecen.

MORALEJA
Todo mal, repercute tarde o temprano en su autor
La pantera y los pastores: Fábula

Ver también:>El buey y el mosquito
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El labrador y el águila

Camino de su casa un labrador escuchó unos terribles lamentos de un animal. Tras un rato de afanosa búsqueda, encontró a una enorme águila que había sido atrapada por el cepo de un cazador. Extasiado por su tamaño y belleza, la liberó con sumo cuidado de la trampa, permitiendo que alzara el vuelo.


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El animal, que apreciaba el gran gesto que había tenido el hombre con ella, observando que estaba sentado delante de un muro que estaba próximo a derrumbarse, se dirigió hasta él y le quitó con una de sus garras la cinta con la que evitaba que el sudor resbalase por su cara.

Al ver al águila con su cinta, el hombre se levantó para intentar recuperar lo que le había robado. Cuando ambos se había alejado lo suficiente del lugar, el animal soltó la cinta; la agarró el labrador, y al intentar volver al lugar en el que estaba, vio con sorpresa como muro en que estaba apoyado se había derrumbado.

Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que el águila no quería robarle, sino agradecerle su buen proceder
MORALEJA
Se siempre agradecido con bienhechores e intenta agradecerles de la misma manera su proceder
El labrador y el águila
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Los ladrones y el gallo

En un lejano país, una banda de malvados ladrones dedicaba todo su tiempo a viajar de pueblo en pueblo, para robar todo lo que sus vecinos guardaban con tanto celo en el interior de sus casas.

Una noche sin luna, decidieron entrar la propiedad de un rico granjero, al que toda la región conocía por la gran calidad de los huevos que producían sus gallinas, así como por la fina carne que tenían los animales que llevaba a vender al mercado.
Después de dar varias vueltas por la enorme finca, encontraron un gallinero en el que tan solo había un enorme gallo. Amparándose en la oscuridad de la noche, los ladrones consiguieron hacerse fácilmente con él, sin que este produjera ni un solo sonido.

Con el estómago vacío por tan larga caminata, los ladrones dispusieron todo para convertir al gallo en su cena. Viendo este su terrible final, les pidió a los maleantes que le perdonaran la vida, ya que los hombres le necesitaban para que les avisara de que era la hora de levantarse.

- Gallo tonto, -dijeron los ladrones- precisamente es lo que deseábamos evitar, ya que si les despiertas no podemos robarles.
MORALEJA
No hay nada que les dé más miedo a los malvados, que lo que es de utilidad a la gente honrada
Los ladrones y el gallo
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El milano y la culebra

Como todas las primaveras, la culebra salía a tomar el sol a una roca que estaba situada cerca de un caudaloso río. Un lugar que era calentado suavemente por los rayos solares, en el que además de calentar su alargada anatomía, podía conseguir fácilmente toda la comida que su estómago deseara.

Casi a punto de marcharse a su hogar, un milano la capturó sin que la pobre culebra pudiera hacer nada para impedirlo. En un abrir y cerrar de ojos, ambos se encontraban surcando los aires. Dándose cuenta del cruel destino que la esperaba, la culebra consiguió dársela vuelta y morder una de las patas de su secuestrador.

Al sentir el mortal mordisco, el milano comenzó a caer de forma descontrolada, dando con sus huesos en el fondo de un profundo precipicio. Viéndose libre y sin ningún hueso roto, la culebra exclamó:

- ¡Necio! Mira cómo te ves por querer hacerle daño a alguien que nunca se había cruzado en tu camino. Por culpa de tu insensatez, has sido terriblemente castigado.
MORALEJA
Nunca le hagas daño a tus semejantes, ya que puede que aunque no te des cuenta, su fortaleza sea mayor que la tuya y te obligue a reparar el daño realizado
El milano y la culebra
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El labrador y la fortuna

Tras una dura jornada de trabajo cavando sus tierras, el labrador estaba preparándose para realizar el último surco del día. Casi a punto de terminar con su tarea, sus ojos se toparon con un reflejo dorado que salía del interior de la tierra.

Agachándose con mucho cuidado, descubrió un pequeño paquete repleto de monedas de oro. Maravillado por tal golpe de suerte, acudía todos los días al lugar del hallazgo para hacerle ofrendas a la Tierra, pensando que era la culpable de tan feliz encuentro.
Una mañana, mientras el labrador realizaba su ofrenda diaria, fue observado por la Fortuna. Esta, extrañada por el raro comportamiento del hombre, se acercó hasta donde él estaba sin ser vista y al escuchar sus plegarias le preguntó:

- Disculpa buen hombre, ¿qué motivo tienes para hacerle todos esos regalos a la Tierra? ¿Acaso no sabes que ese oro que encontraste fue puesto en ese lugar por mí para que consiguieras cambiar tu triste destino? Seguro que cuando te hayas gastado todo tu oro, te acordarás de mí como causante de tu desgracia.
MORALEJA
Antes de agradecerle algo a alguien, debemos conocer con certeza quien es la persona que nos ha beneficiado
El labrador y la fortuna

Nueva historia didactica: El gallo y la joya
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Fabulas de esopo

Fábulas de esopo. Gran colección de fabulas cortas escritas en prosas o versos con una pequeña moraleja al final e ideales para los más pequeños de la casa como son los niños. Muchas de las fabulas son ya bastante clásicas y sirven de primeras enseñanzas en los centros educativos donde se imparten enseñanzas. A continuación algunas de las fábulas más renombradas de este personaje de la época de Grecia.
Listado de fábulas de esopo


1: EL ÁGUILA Y EL ESCARABAJO

Esopo lecturas: El águila y el escarabajo
A punto de ser atrapada por una enorme águila, la liebre le pidió a un escarabajo que por allí pasaba, que intentara hacer algo para salvarle la vida... Seguir leyendo

2: EL HOMBRE Y LA ESTATUA

Historias de esopo: EL hombre y la estatua
Cierto día un hombre muy pobre, encontró tirada en medio del campo una bellísima estatua de un dios. Estatua, que el hombre se apresuró a limpiar para verla en todo su esplendor... seguir leyendo


3: EL CERDO Y LOS CARNEROS

Lectura: El cerdo y los carneros
Hace muchos, muchísimos años, un cerdo se escapó de una granja en el que era maltratado por sus compañeros. Tras vagar muchos días por el campo sin rumbo fijo...seguir leyendo

4: LA PULGA Y EL HOMBRE

Pequeña historia de esopo con enseñanza: La pulga y el hombre
Mientras disfrutaba de un magnífico sueño, un hombre comenzó a sentir picores por todo el cuerpo. Indignado por esta situación, buscó y rebuscó por toda su cama para ver quién le estaba causando...seguir leyendo

5: LA VIEJA Y EL MÉDICO

Lecutra didáctica: La vieja y el médico
En un pequeño pueblo, vivía una vieja a la que su vista iba abandonando por momentos. Para evitar que su problema continuara agravándose...seguir leyendo

6:EL GATO Y LAS RATAS

El astrónomo
Marramaquiz era uno de los gatos más temidos en el mundo de los ratones. Qué lo hacía tan temible os preguntaréis, su olfato prodigioso, capaz de detectar a cualquier ratón a una gran distancia...seguir leyendo

7: LA PANTERA Y LOS PASTORES

Esopo fabulas: La pantera y los pastores
A pesar de que siempre caminaba con extremo cuidado para evitar las trampas de los cazadores furtivos, una pantera quedó atrapada en el fondo de un hoyo...seguir leyendo

8: EL LABRADOR Y LA FORTUNA

Redacción didactica: El labrador y la fortuna
Tras una dura jornada de trabajo cavando sus tierras, un labrador estaba preparándose para realizar el último surco del día....seguir leyendo

9:EL CABALLO Y EL ASNO

El caballo y el asno
Un mercader viajaba siempre en compañía de un asno y un caballo, y en uno de estos viajes, sintió el pobre asno que sus fuerzas eran insuficientes para llegar hasta la ciudad más próxima....seguir leyendo

10:EL CISNE TOMADO POR GANZO

esopo mini cuento: EL cisne tomado por ganzo
En una lejana ciudad, un rico hombre de negocios dedicaba su tiempo libre a criar con sus propias manos a un ganso y un cisne...seguir leyendo

LISTADO DE FABULAS PARA CONTAR

1) Zeus y la serpiente
2) El león y el jabalí
3) La hormiga
4) La zorra y el mono coronado rey
5) El labrador y la víbora
6) La zorra y el hombre labrador
7) Zeus, los animales y los hombres
8) La zorra y el cuervo hambriento
9) Las ranas y el buey
10) EL cascabel y el gato
11) El águila y la raposa
12) Los viajeros y la ostra
13) El joven y el ladrón
14) La mona y la zorra
15) El asno salvaje y el asno doméstico
16) EL lobo disfrazado de pastor
17) El león, la vaca, la cabra y la oveja
18) El águila, el caracol y la corneja
20) El leñador y el bosque
21) El león y los 4 bueyes
22) La cabra y el cabrero
23) Las ranas pidiendo rey
24) El hombre y la hormiga
25) El águila y los gallos
26) La cabra y el asno
27) El león y el asno
28) El mono y el delfín
29) El águila y la zorra
30) La zorra a la que se le lleno el vientre
31) La zorra y el leñador
32) La zorra y la leona
33) La mosca y la cacerola de carne
34) Las ranas y el pantano seco
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El milano que quiso relinchar

En un tiempo muy antiguo, el milano poseía una voz tan profunda y penetrante, que todos se quedaban petrificados cuando pasaban por el lugar en el que estaba colocado su nido.

A pesar de que estaba muy contento con la voz con la que había sido obsequiado, un día decidió probar a imitar el armonioso sonido producido por un caballo que se dirigía en busca de los pastos frescos de lo alto de la montaña en los que se encontraba su familia.
Aunque lo intentó durante largas horas y una enorme cantidad de días, el milano jamás consiguió obtener un sonido que se pareciera en lo más mínimo al relinchar de aquel poderoso caballo. Tan obsesionado estaba con que su voz se pareciese a la del caballo, que se quedó completamente afónico.

Pasados unos días, intentó de nuevo reproducir ese sonido que tanto le había gustado, pero sorprendentemente, nada salía de su garganta. De tanto intentar imitar a otro, había olvidado por completo cual era el sonido de su propia voz.

MORALEJA
Si quieres imitar a otros y no quieres quedar mal, prepárate convenientemente
Fabulas para niños: El milano que quiso relinchar
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