Un día, las liebres estaban cansadas de ser maltratadas por los animales más fuertes y agresivos del reino animal. Así que decidieron convocar a los animales débiles para convencerles que juntos pueden derrotar a los leones. Al rato, lograron reunir a toda la multitud de animales en el bosque.
También, continuaron diciendo las liebres; “Ninguno debe ser más poderoso que los otros, estamos hartos de ser atropellados por los leones que se creen dueños del bosque”. A los animales del bosque les gustó el discurso y exaltados empezaron a aplaudir.
Todos los animales quedaron sorprendidos por la valentía asumida por las liebres, gritaban y aplaudían por el discurso dado por ellas. En ese instante, uno de los leones se levanta ante el público animal y les dice con gran desagrado:
“Su discurso es muy inspirador, pero hay un ligero problema, ustedes no tienen garras, ni dientes filosos para llevar su idea a cabo”. El león siguió diciendo: -Además, no tienen el tamaño ni la fuerza que yo poseo.
Los animales, al ver que ni ellos ni las liebres tenían garras, ni dientes filosos, ni la fuerza suficiente para enfrentar a un animal como el león. Se asustaron dejaron de gritar y se alejaron de las liebres rendidos luego de escuchar a los leones rugir.
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Las liebres estaban al mando en ese instante, captaron la atención de los osos, leones, tigres, monos y aves. Al iniciar su discurso hacen la siguiente solicitud: “Nosotros queremos que haya igualdad para todos los animales”.También, continuaron diciendo las liebres; “Ninguno debe ser más poderoso que los otros, estamos hartos de ser atropellados por los leones que se creen dueños del bosque”. A los animales del bosque les gustó el discurso y exaltados empezaron a aplaudir.
Todos los animales quedaron sorprendidos por la valentía asumida por las liebres, gritaban y aplaudían por el discurso dado por ellas. En ese instante, uno de los leones se levanta ante el público animal y les dice con gran desagrado:
“Su discurso es muy inspirador, pero hay un ligero problema, ustedes no tienen garras, ni dientes filosos para llevar su idea a cabo”. El león siguió diciendo: -Además, no tienen el tamaño ni la fuerza que yo poseo.
Los animales, al ver que ni ellos ni las liebres tenían garras, ni dientes filosos, ni la fuerza suficiente para enfrentar a un animal como el león. Se asustaron dejaron de gritar y se alejaron de las liebres rendidos luego de escuchar a los leones rugir.
MORALEJA

La moraleja de esta fábula es que las palabras, por muy bonitas que sean no son suficientes para motivar a las personas, muchas veces hay que demostrar con hechos que se pueden lograr las metas que se proponen
