La envidiosa cabra se dirigió un día al asno y le dijo:
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“Tú sí que tienes una vida dura. Cuando no llevas carga te toca tirar de la noria. Vivir así debe ser un tormento”
“¿Y qué quieres que haga? Es la vida de un asno”- respondió este:“Quizás podrías fingir un ataque y dejarte caer en el foso. De este modo el amo te daría unas vacaciones y no tendrías que pasar las jornadas trabajando de sol a sol”
El asno pensó que no era mala idea, y siguió el consejo de la cabra, con tan mala fortuna que al dejarse caer se lastimó todo el cuerpo y necesitó de cuidados por parte de un doctor.
Este, tras examinarlo, prescribió para su curación una infusión con pulmón de cabra, pues este era un brebaje muy eficaz para devolver el vigor y la salud.
El amo, que precisaba del asno para sus tareas, no dudó en sacrificar a la cabra para preparar el remedio.
MORALEJA
El mal que deseas a los demás, antes o después lo recibirás