El labrador y la fortuna

Tras una dura jornada de trabajo cavando sus tierras, el labrador estaba preparándose para realizar el último surco del día. Casi a punto de terminar con su tarea, sus ojos se toparon con un reflejo dorado que salía del interior de la tierra.

Agachándose con mucho cuidado, descubrió un pequeño paquete repleto de monedas de oro. Maravillado por tal golpe de suerte, acudía todos los días al lugar del hallazgo para hacerle ofrendas a la Tierra, pensando que era la culpable de tan feliz encuentro.
Una mañana, mientras el labrador realizaba su ofrenda diaria, fue observado por la Fortuna. Esta, extrañada por el raro comportamiento del hombre, se acercó hasta donde él estaba sin ser vista y al escuchar sus plegarias le preguntó:

- Disculpa buen hombre, ¿qué motivo tienes para hacerle todos esos regalos a la Tierra? ¿Acaso no sabes que ese oro que encontraste fue puesto en ese lugar por mí para que consiguieras cambiar tu triste destino? Seguro que cuando te hayas gastado todo tu oro, te acordarás de mí como causante de tu desgracia.
MORALEJA
Antes de agradecerle algo a alguien, debemos conocer con certeza quien es la persona que nos ha beneficiado
El labrador y la fortuna

Nueva historia didactica: El gallo y la joya

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