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Tras meses de duro entrenamiento, en los que el camello no comprendía que es lo que quería conseguir su dueño con aquel extraño entrenamiento, el animal consiguió aprenderse una sencilla coreografía que hacía las delicias de todos los habitantes de los diferentes lugares por lo que fueron pasando.Cansado de ser obligado a bailar durante horas, el pobre camello dijo:
-¡Más me hubiera valido perecer junto a mis antiguos compañeros! Por lo menos me hubiera ahorrado el mal trago de ver cómo la gente, no solo se ríe de la forma en la que me desplazo habitualmente, también se divierten de la forma tan torpe con la que mi cuerpo se mueve al son de la música.
MORALEJA

Cuento corto para leer: El camello, el elefante y el mono
Utiliza cada cosa únicamente para lo que haya sido creada.

Cuento corto para leer: El camello, el elefante y el mono
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