Decidido a conseguir unos de las mismas o incluyo mayores dimensiones, acudió a Zeus para que le obsequiara con un par de cuernos como los del toro. Cuando el padre de los dioses escucho las peticiones del camello, se levantó enfurecido, haciéndole un gesto para que se marchara de su vista cuanto antes. Justo cuando estaba bajo el arco de la puerta, Zeus le dijo visiblemente enfadado que no volviera a realizar ninguna otra petición de ese estilo, ya que en su momento ya le había regalado la fuerza y moldeado de ese tamaño.
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No contento con la respuesta del gran dios, volvió a replicarle el camello con insolencia. Algo que disgustó tanto a Zeus, que con uno de sus rayos le arrebato una parte de sus orejas.
MORALEJA

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Cuando hagas algo, que sea porque tú lo deseas, no por imitar a otros

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