El caballero y su corcel

Después de una gran cantidad de batallas juntos, en las que ninguno de los enemigos a los que tuvieron que hacer frente les causaron ningún daño, el caballero y su corcel, volvían a casa para disfrutar de un merecido descanso.

Casi a punto de llegar a su destino, el caballero le dijo a su corcel:

- Gracias a tu valentía y buena salud, hemos superado mil batallas. Ahora es el momento darte un merecido descanso.

Quiso la casualidad, que justo en ese momento apareciera por el lugar un carretero, el cual quedó prendado del poderoso animal.

- Busco a un caballo como este para que tire de mi carro. Véndemelo y te haré rico.

Cegado por el dinero, el caballero se desprendió rápidamente de su fiel compañero, el cual dejó de tener muy pronto su regio porte por el enorme trabajo al que era sometido todos los días.

Un año después, la guerra volvió a reclamar al caballero, el cual corrió rápidamente a recuperar a su corcel. A pesar de volver a alimentarlo y adiestrarlo para la guerra, ambos son alcanzados por el enemigo. Antes de dejar escapar su último suspiro dijo el corcel:

- Por culpa tuya vamos a perecer los dos. Si me hubieras mantenido a tu lado, no me hubiera convertido en un animal de carga.
MORALEJA
Si no quieres lamentarte demasiado tarde de tus errores, no te dejes cegar por las ventajas que te ofrezcan
El caballero y su corcel

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