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Feliz por encontrarse con ella, sacó de su bolsa un delicioso trozo carne y se la lanzó como premio, mientras se sentaba a darles órdenes a sus empleados. Agradecida, la perrita se subió de un salto al regazo de su dueño, tumbándose para que este le rascara la cabeza.Molesto todas las atenciones que su dueño le profesaba a la perra, el asno se soltó del lugar donde estaba atado y empezó a imitar los ejercicios de la perrita.
Al verlo danzando de esta manera, su dueño no podía parar de reírse. Como parecía gustarle lo que hacía, el asno se acercó mucho más, hasta poner sus enormes patas sobre los hombros de su dueño. Viendo sus empleados tan dantesca escena, corrieron a por sus palos, enseñándole al asno lo reprobable que era su comportamiento.
MORALEJA
No te dejes guiar por los celos
necesito la introduccion,nudo,desenlace,moraleja del cuento
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