-Mi padre es el más veloz de todos los caballos que recorren la carretera. Como digna hija suya que soy, puedo correr tan rápido como el viento, ganando al más veloz de los animales en cualquier tipo de carrera.
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Llegó el día en el que la mula tuvo que poner en práctica todo aquello de lo que alardeaba en una carrera. Y aunque sentía que podía ganarlos a todos, sus rivales en la carrera fueron adelantándola sin demasiado esfuerzo, entrando la mula en la línea de menta en la última posición. Enfadada con sus propias patas por no correr tan rápido como ella esperaba o al menos deseaba, recordó que la verdadera identidad de su padre, no era un poderoso caballo de sedosas crines, sino un asno que trabajaba de sol a sol para ganarse su alimento.
MORALEJA
Respeta siempre tus orígenes
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