El gavilan y el gallo

Un gallo y un gavilán eran grandes amigos. Un día el gallo fue de visita a ver al gavilán, y al llegar se encontró con que este se estaba afeitando con una navaja sin mango. El gallo le dijo que también querría rasurarse pero no tenía con qué, por lo que el gavilán se ofreció a prestársela no sin antes pedirle que tuviera cuidado de no perderla.

El gallo aceptó su ofrecimiento, tomó la navaja de afeitar y se fue a su casa para rasurarse, pero al acabar, la olvidó en el alfeizar de la ventana y el viento la arrastró hasta el gallinero donde jugaban los polluelos.

Cuando estos vieron la navaja de rasurar sin mango la tomaron por un nuevo juguete y se pusieron a jugar con ella. Una vez se cansaron de jugar la enterraron. Al día siguiente llegó el gavilán a buscar su navaja pero el gallo ya no se acordaba donde la había dejado y nadie sabía dónde podía estar.:

Nuestros pollitos la deben de haber enterrado en algún lugar” dijo mamá gallina mientras rascaba la tierra tratando de dar con ella.

El gavilán, muy enfadado, les dijo:

Ya que fueron vuestros hijitos los que la extraviaron, me llevaré a uno de ellos cada día hasta que me devuelvan lo que me pertenece”. Y cogiendo a uno de los pollitos y se lo llevó.

Mamá Gallina , muy enojada se enfrentó al Gallo diciendo:

¡Por tu negligencia se han llevado a uno de nuestros pequeños! A partir de ahora buscarás con nosotros

Pasaron las horas y el esfuerzo de todos dio fruto. Al día siguiente cuando el gavilán regresó, Mamá Gallina lo esperaba orgullosa con la navaja sin mango.

MORALEJA
Quien gran pérdida teme afrontar, su máximo esfuerzo suele realizar
El gavilan y el gallo
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