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Abrumada la zorra por su difícil situación, se dirigió al espino diciéndole:“Viéndome como me ves con mi vida en peligro ¿y me tratas así? No entiendo el motivo de tu proceder, ya que yo ningún mal te hice. Acudí a ti buscando ayuda, y tú, en lugar de asistirme, me hieres haciendo aún más terrible mi agonía!”
A lo que el espino, tranquilamente y sin ningún remordimiento, contestó:
“La culpa es tuya y sólo tuya, por haberte agarrado a mí. No es ningún secreto lo bueno que soy para enganchar y herir a todo el que se me acerca. ¿Por qué deberías ser tú la excepción?”
MORALEJA
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Quien pide ayuda al malvado, termina perjudicado
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