Un día, este zarzal decidió preguntarle cual era el motivo de que siempre se mostrase engreído y soberbio ante él, a lo que el roble respondió.
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“Soy el árbol más bello de todos los que crecen por estos parajes . No tienes más que ver como mi copa se eleva altiva hacia las nubes y mis ramas están lozanas y fuertes. Tú, sin embargo, no eres más que un infeliz zarzal que se arrastra por el suelo y al que hasta en ocasiones los animales pisotean”El zarzal escuchó las palabras del roble y tras unos segundos de reflexión, replicó.
“Tienes razón en todo lo que dices, pero déjame hacerte una pregunta. Cuando el leñador necesite madera y te elija para ser cortado, cuando sientas que su hacha se clava en tu tronco, astillándolo y causándote un profundo dolor ¿No preferirías en ese momento cambiarte por mí, aunque sea un humilde zarzal?”
MORALEJA

Suele el orgullo ser antecedente de una caída inminente
