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Este, al verse en tan terrible situación y sabedor de que si no era liberado terminaría por morir de hambre y sed, comenzó a gritar desesperadamente pidiendo ayuda. Sus gritos llegaron a oídos de los demás animales que habitaban en el tronco, y el ratón, no pudo evitar alegrarse de la suerte del gato, ya que de este modo, se libraba de uno de sus enemigos:“Si yo muero estarás a merced del búho y de la comadreja, que quieren más que yo que termines convirtiéndote en su alimento. Pero si me ayudas a escapar de esta trampa, prometo compensarte protegiéndote de ellos”, dijo el gato Tras pensarlo unos segundos el ratoncito terminó por liberar al gato y ambos huyeron de allí a una zona más segura donde los cazadores no hubiesen puesto trampas. Pero pasado un tiempo el gato, se dio cuenta que el ratón aun le tenía miedo, así que le dijo:
¿Acaso crees que he olvidado la promesa que te hice cuando me salvaste de la trampa?
¡No! - dijo el raton-, no la he olvidado, pero tampoco he olvidado cuál es tu instinto natural, ¡Ni en qué circunstancias lo prometiste!.
MORALEJA

Alianzas que hizo el miedo, en pasando el temor, valen un bledo
