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Pero en la casa, que pertenecía a un actor, no encontró ni habitante ni alimento alguno, nada más que los utensilios de trabajo de éste. Trajes, pelucas y todo tipo de herramientas y vestuario que servían al actor para dar vida a sus personajes fueron lo único de valor que halló en aquel lugar.Intrigada la zorra por hallar ropajes lujosos en hogar tan miserable, continuó mirando entre los baúles y finalmente dio con una máscara artísticamente trabajada que de inmediato llamó su atención por su belleza. La zorra la tomó entre sus patas, y observándola, dijo para sí misma:
“¡No cabe duda alguna de que es esta una hermosa cabeza! Pero qué lástima que no tiene sesos”
MORALEJA

Con buen juicio más se gana que con apariencias vanas