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Un erizo que pasó cerca de allí, al ver la terrible situación en la que la zorra se encontraba, se apiadó de ella, y le preguntó si quería que ahuyentase a aquellos insectos pero sorprendentemente, la zorra se negó“No gracias, mejor déjalas tranquilas. Agradezco tus buenas intenciones pero lo mejor será que no las molestes”
El erizo, extrañado ante aquella respuesta, le preguntó si es que no le causaban daño
“Sí que me lo causan, pero éstas moscas que aquí ves están ya saciadas y me pican muy poquito. Si las ahuyentas, otras más hambrientas ocuparán su lugar y chuparan el resto de la sangre que me queda ocasionándome una muerte segura. Por eso es mejor sufrir este pequeño mal que no otro que me causaría un más grave perjuicio”
MORALEJA
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Tomar decisiones con buen juicio ofrece el mayor beneficio
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