La luciérnaga

Cuentan que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga, la cual al intuir el peligro, huía rápido de la feroz predadora. Pero la serpiente no desistía y continúo su persecución durante un día y otro, de forma que por más que la luciérnaga huía, nunca lograba deshacerse de ella. Al final, exhausta y sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo al reptil:

“¿Puedo hacerte tres preguntas?”

“No acostumbro a ofrecer este privilegio a mis víctimas pero, puesto que te voy a devorar, tanto da”- contestó la serpiente

“¿Acaso pertenezco yo a tu cadena alimenticia?”

“No, no eres uno de mis alimentos”

“¿Hay algún mal que yo te haya hecho por el que quieras tomarte cumplida venganza?”

“No, nada me hiciste” -volvió a responder la serpiente-

“Entonces, si no te alimentas de insectos de mi especie y nada te hice para que quieras vengarte de mí, ¿Cuál es la razón por la que quieres acabar con mi vida?”

A lo que la envidiosa serpiente respondió sin titubear:

“¡Porque no soporto ver como brillas!”

MORALEJA
Si en algo pretendes destacar, con los envidiosos te tendrás que enfrentar
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