La pava y la hormiga

Cierta día de verano en la granja de Pedro Vivian muchos pavas y pavos con sus hijos pavipollos, pues ese día los labradores de Pedro, después de desayunar, salieron a trabajar entusiasmados y alegres para el campo, sin percatarse que dejaron la puerta del corral totalmente abierta.

Al ver la puerta del corral abierta, todos los pavipollos aprovecharon y fueron directo a donde estaba su madre la pava, ya que tenían tiempo sin verla y querían que su madre la pava los llevara a comer hormigas.

La pava se llevó a sus pavipollos picando de un lado a otra hasta que llegaron a un cerro aislado que domina un llano, la pava sumamente contenta le dice a sus polluelos: -Miren hijos los rastros de un abundante hormiguero, coman hormigas sin recelo.

-Yo también las como es un cebo muy delicioso, coman queridos míos, ¡oh! me imagino como serían de felices nuestros días si no existieran en el mundo los malvados cocineros. Que siempre nos matan para cocinarnos y comernos.

Siguió diciendo la pava: -Los hombres nos comen con ansias y todos nuestros cuerpos humean en las casas, en cualquier reunión tiene que haber un pavo muerto y cocinado. Mis abuelos no sobrevivieron ni me pudieron contar sobre muchas navidades, los humanos son unos carniceros.

En ese momento, una hormiga se logró salvar de la cacería de los pavos, corrió rápido para montarse en un árbol y le dice a la pava: -¿Los humanos son unos carniceros? Entonces, que serán los pavos porque desde aquí veo a todo mi pueblo morir gracias a ti y a tus hijos

MORALEJA
Antes de advertir el pecado de otro, invita a tu propia conciencia a mirar dentro de ti
fabula de samaniego: La pava y la hormiga

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