El pastor y el lobo

Había una vez un lobo, al que le pareció una buena idea departir con un pastor, para demostrarle que no era tan malo como todo el mundo afirmaba. A pesar de que sus razones estaban muy bien fundamentadas, el pastor continuaba mirándolo con el mismo recelo de siempre.

Sin otra alternativa, comenzó a relatarle todas y cada una de las virtudes que tenían las diferentes partes de su cuerpo.

De su piel le indicó que es capaz de ayuda a curar muchos males humanos y que ningún insecto es capaz de penetrarla. En sus uñas, dijo que estaba el secreto para curar el mal del ojo y que con sus dientes se podían realizar un sinfín de cosas.

Cansado de escuchar tan cansino parloteo, el pastor se levantó airado y le contesto:

- ¡Malvado animal! ¿Cómo te atreves a estar hablando tan animadamente conmigo? Después de todo el daño que me han causado los de tu especie a mis animales, poco o nada me interesa las virtudes que puedan tener tus uñas o dientes.

MORALEJA
No intentes tapar tus errores con buenas palabras
El lobo y el pastor

Ver también: La corneja fugitiva

1 comentario :

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