El sapo y la lechuza

Cierta lechuza un día había encontrado agradable refugio en el hueco de 1 árbol y decidió convertirlo en su hogar. Como esta ave es una rapaz de hábitos nocturnos, nunca salía de su casa en horas del día, y sus vecinos casi ni lo conocían.

Hasta que un dia, el señor sapo que pasaba por ahí se paró al pie del árbol de Doña lechuza y comenzó a llamarla:

-¡Eh señora! ¿ Por qué no se asoma usted a su balcón, o saca al menos la cabeza para que podamos ver si es bella, o fea como suponemos?

Al oír esto, la lechuzo se asomó, en efecto, a su agujero. Y mirando fijamente al sapo que era muchísimo menos agraciado que ella, le respondió muy severamente:

-¡Míreme usted! No soy bonita, pero lo sé y por eso me abstengo de mostrarme a la luz del día, y usted, que a estas horas tan tempranas anda haciendo gala de su gracia y elegancia, ¿no estaría mejor agachado, como yo, dentro de algún agujero?

MORALEJA
Alguos vanidosos, que creen ser perfectos, por exhibir sus galas exhiven sus defectos
El sapo y la lechuza (Tomas de Iriarte)

1 comentario :

  1. Asu que mal sapo, encima de no agraciada exquisito jajajaja, bien hizo la lechuza en ponerlo en su sitio. SIn duda nos esta dejando como enseñanza esa parábola que dice

    Zapatero a tu zapato xD

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