Una mordedura de la que no se pudo recuperar, que su padre quiso vengar cortándole la cola a la culebra.
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Enterado de cómo habían sucedido los hechos, el labrador sintió tal culpa que fue en busca de la culebra para pedirle perdón y ofrecerle miel, agua, harina y sal, como muestra de su sincero arrepentimiento. A pesar de la nobleza de sus intenciones, la culebra no solo no le perdonó, sino que además se permitió el lujo de decirle:- Agradezco que quieras venir a intentar remediar el error que cometiste conmigo, pero no hay ninguna posibilidad de que tú y yo podamos ser amigos. Mientras que a mí me falte la cola que tú me quitaste y a ti el hijo que mi veneno te ha arrebatado, seremos incapaces de estar en paz.
MORALEJA
Nuevo cuento para leer: El buey y el mosquito
Es imposible reconciliarse con alguien, si uno de los dos no ha perdonado sinceramente al otro
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buena calidad de fabulas
ResponderEliminarexcelentes fabulas, felicitaciones
ResponderEliminarq bnas fabulas pero mas cortas
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