El gato y el raton

En un pequeño rincón de la Sabana africana, un gran grupo de elefantes se lanzaba a la carrera para refrescarse en la enorme charca que era propiedad de las liebres.
La más espabilada de todas las liebres que poblaban los alrededores, al ver su hogar invadido por tan enormes bestias, buscó al elefante más importante y le dijo:

- Disculpe señor elefante, soy la interlocutora del dios Chandra, dueño y señor del estanque en el que usted y sus congéneres están en estos momentos. He venido a advertirle que el dios está profundamente disgustado por su irrupción en este lugar sagrado.

- Siento que hayamos enfadado de esa manera al dios –dijo el elefante- , si no es mucha molestia ¿podrías pedirle perdón de nuestra parte?

- No, ya que si permanece aquí hasta esta noche, usted mismo podrá presentarle sus disculpas.

Cuando la noche cayó sobre la charca de las liebres, la liebre llamó al elefante para que pudiera hablar con el dios Chandra. Al acercarse y ver el reflejo de la luna en el agua, se asustó tanto, que comenzó a pedirle perdón, pues pensaba que estaba ante la verdadera presencia del dios.

MORALEJA
Si quieres vivir una larga vida, actúa siempre con inteligencia
Los elefantes y la liebre
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