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Con todo preparado, sacó su nuevo arado y lo preparó para que tiraran de él su buey favorito y un joven becerro, que se enfrentaba por vez primera a esta situación. Tan nervioso estaba el animal, que comenzó cabecear para librarse de tan inusual peso, hiriendo en varias ocasiones a su veterano compañero.Cuando el labrador se dio cuenta de lo que pasaba, le dijo al becerro:
- Te he estado cuidando primorosamente durante toda tu vida para que me ayudes a labrar la tierra y he ido mostrándote como debías actuar para que los demás no se metieran contigo por ser mi protegido. Y a pesar de todos mis desvelos, me pagas maltratando al buey del que pensaba que podías tomar ejemplo. Dado que te niegas a hacerme caso por las buenas, te haré entrar en razón por las malas.
MORALEJA

Si no quieres ser castigado, haz siempre caso a lo que te enseñan tus mayores.

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