Las alforjas de Júpiter

En un tiempo muy lejano, el Dios Júpiter realizó un llamamiento para que acudieran a su presencia todos los animales que hubiera en el mundo, los cuales podía pedirle corregir cualquiera de sus defectos.

Llamó en primer lugar al mono, al que preguntó si estaba contento con su cuerpo:

- ¿Por qué no habría de estarlo? Tengo lo mismo que cualquier otro animal; algo que no puede decir el Oso, el cual parece estar a medio hacer.

Llegó el Oso, del que todo el mundo pensó que iba a comenzar a quejarse. En lugar de escuchar lamentos, el animal comenzó a decir lo preciosa que era su figura; pasando a decirle al Elefante, que estaría muy bien si le estiraran la cola, encogieran sus orejas e hicieran mucho más bonito su cuerpo.

Como todos esperaban, el Elefante empezó a meterse con la Ballena, la Hormiga y todos los allí presentes.

Al ver Júpiter cómo todo el mundo ponía de relieve los defectos de los demás, les invitó a marcharse. Tras reflexionar largo rato, llegó a la conclusión de que sin lugar a dudas, el peor de todos los animales es el hombre, al cual le fueron dadas unas alforjas para echar delante los defectos de los demás y detrás los propios.

MORALEJA
Antes de destacar las faltas de los demás, intenta corregir las tuyas propias.
Las alforjas de Júpiter

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