Muy enfadado por la fechoría que acababa de cometer, le gritaba desde cierta distancia al fiero león:
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- ¡ Espero que lo me has arrebatado te cause un gran mal en el estómago!Al escuchar estas palabras, el león se puso a reírse tan fuerte, que a punto estuvo de dejar caer al suelo el canero que tan fácilmente le había robado al lobo en sus propias narices. Más calmado, miró fijamente al lugar en el que se encontraba el lobo exclamando:
- No te haré nada porque me has hecho reir; pero aunque mucho te quejas, creo que a ti tampoco te llegó este carnero como regalo de un buen amigo. Márchate por dónde has venido y no me molestes más con tonterías.
MORALEJA
Lo que has obtenido de forma poco correcta, terminará por volverse en tu contra

Me ne canta esta favula
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