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Los padres de la Foquita estaban convencidos de que su hija sabía mucho más que el hijo de sus amigos así que decidieron hacer una prueba para comprobarlo.Se les ocurrió que una buena forma de hacerlo sería pedir a sus respectivos hijos que hablaran de los libros que habían leído aquel mismo día y eso fue lo que les pidieron.
Cuando a Foquita le tocó hablar de sus lecturas, recordaba el título y nada más, ya que había leído tan deprisa que no se había enterado de nada.
En cambio, el hijo de sus amigos habló durante horas sobre aquel libro tan entretenido y divertido que estaba leyendo por lo que quedó muy claro que lo había leído muy bien y que se había enterado de todo.
MORALEJA
Hacer poco y bien te deja más satisfecho que hacer mucho pero mal hecho