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Al día siguiente el carnicero repitió la operación y agarró a uno de los carneros para degollarlo, pero el resto de carneros ni se molestaron en reaccionar ante los gritos de su compañero. En lugar de rebelarse se dijeron entre sí “Hoy le tocó a este así que nosotros nos hemos salvado, dejemos el carnicero se lleve a quien quiera”.El carnicero continuó regresando día tras día y llevándose cada vez a un carnero distinto, y así lo hasta que solo quedo un solo carnero en el establo.
Cuando este carnero vio que estaba por fuerza condenado, le dijo al carnicero;
“Hoy me toca a mí, y bien merecido tengo este final, al igual que lo merecieron mis compañeros. Si nos hubiéramos protegido y defendido entre nosotros desde el principio hubiéramos conservado nuestras vidas. Pero al no hacerlo, todos hemos de morir degollados”
MORALEJA
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Quien no se preocupe por cuidarse en su momento, cuando la desgracia llegue de nada le valdrá el lamento
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