>
El hombre, apenas sin respiración por la presión de la culebra, le dijo: “¿Qué te he hecho yo para que me pagues así?”
A lo que la serpiente contestó que “No hago sino obedecer mi instinto natural”Pasó por allí una zorra, a la que el hombre solicitó auxilio y que terminó por ejercer de juez de la contienda.
“Difícilmente puedo juzgar quien de los dos tiene razón, ya que mis ojos no fueron testigos de lo acontecido desde el principio y sólo tengo vuestra palabra” - aseveró la zorra – “No me queda más remedio que pediros que hagáis lo mismo que hicisteis, para, al reconstruir los hechos, poder emitir un veredicto justo y ecuánime”
El hombre ató entonces a la serpiente tal y como la había encontrado, y tras hacerlo, la zorra, pronunció su fallo. “Tú , hombre, no te dejes llevar por corazonadas que ya has visto a qué situación te llevan. Y tú, serpiente, si puedes escapar, vete”
MORALEJA

Fábula similar: El hombre y la culebra
Atajar al principio el mal procura; si llega a echar raíz, tarde se cura

Fábula similar: El hombre y la culebra