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Viendo que su treta funcionaba la repitió varias veces y varios ratones, uno tras otro, terminaron convirtiéndose en su alimento.
Pero un ratón mayor y con mucha experiencia por haber evitado toda clase trampas y ratoneras, observó desde lejos en vez de acercarse sospechando que aquello no era lo que parecía ser. Y desde una distancia segura le dijo:¡Ah, mañosa! ¡Aunque yaces ahí llena de harina, siempre te reconoceré
! Y desde ese día la comadreja no pudo cazar ningún ratón más al conocer estos su triquiñuela
MORALEJA

La vejez y la experiencia son los padres de la ciencia
