“¡Amigo mío, haz algo, antes de que perezca por efecto del calor. Si sigo así terminaré por convertirme en un montón de cenizas!”
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El viento, viendo el apuro en que se encontraba su amiga la leña, acudió en su ayuda de inmediato.“Allá voy, no te preocupes, soplaré y soplaré con todas mis fuerzas para salvarte” Pero el viento al soplar no hizo más que avivar el fuego, que se hizo aún más fuerte.
“Sopla más, por favor! No dejes de soplar porque no duraré mucho aguantando este calor”
El viento redobló sus esfuerzos, pero al poco tiempo, aquella leña no era sino un trozo de madera chamuscado que terminó por deshacerse en cenizas. Al comprobar que con su esfuerzo había hecho más daño que bien, el viento marchó muy lejos pensando en la desgraciada suerte que había sufrido su amiga la leña
MORALEJA

Al que desdichado es, todo le pasa al revés
