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“Oh, espíritu de la muerte, llévame de una vez contigo y acaba con este tormento en vida que estoy sufriendo”, repetía con frecuencia.Tantas veces invocó a la muerte el hombre fracasado que, cansada de escuchar sus lamentos, ésta acudió por fin a su encuentro. “He venido tras escuchar tus súplicas para llevarte conmigo. Ya no tendrás que continuar con tu miserable existencia, puesto que tus días en este mundo han tocado a su fín.”
El hombre, aterrado ante la presencia del espectro de la muerte, comprendió su terrible error y se dirigió a ésta con un grito desesperado
“¡No te me acerques, espíritu de la muerte, que no iré contigo a ninguna parte!¡ Por grande que sea mi desgracia la prefiero mil veces a marchar contigo a tu mundo de tinieblas!”
MORALEJA
Mejor vivir, aunque sea con amargura, que verse en la sepultura