La ratoncita de la ciudad y la ratoncita del campo

Un ratón que vivía en una ciudad, yendo de camino, fue convidado por otro ratón, que vivía en el campo. En su casa, le dio a comer bellotas, habas y cebada muy amigablemente. El ratón de ciudad, rogó al de campo que fuese con él a la ciudad a divertirse, a lo que éste accedió.

Estando ambos en la ciudad, entraron en una rica despensa del palacio donde moraba el ratón ciudadano, la cual estaba llena de toda clase de viandas; y mostrando todo esto el ratón de la ciudad le dijo al otro: Amigo, come lo que gustes, pues tengo en abundancia.

Mientras estaban ellos comiendo alegremente, vino de improviso el despensero, abrió la puerta con gran estruendo, gracias a lo cual los ratones salieron espantados huyendo cada uno por su lado. Como el ratón de casa tuviese lugares conocidos para esconderse, se puso a salvo de inmediato; pero el otro no sabía cómo escapar.

Finalmente, salió el despensero y cuando cerró la puerta, los ratones volvieron a salir. Venga, sigamos comiendo, ya ves cuántos manjares tenemos.

Sí, muy bueno esto, respondió el campesino; pero, ¿este peligro es frecuente? Sí, contestó el otro, esto sucede a cada instante; y por lo tanto no hay que echarle cuenta. ¡Oh! dijo el campesino, ¡con que esto es diario! Seguramente que vives aquí en la opulencia, pero sin embargo, prefiero con tranquilidad mi pobreza que los sobresaltos de tu abundancia

MORALEJA
Tener una vida sencilla pero en paz es mejor que la abundancia
en medio del temor y la inseguridad
La ratoncita de la ciudad y ratoncita del campo

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