Cierta tarde, un perro que paseaba por allí vio a la mona y sus hijos, y al instante la persiguió con intenciones de atraparla, entonces esta dijo a su hijo favorito: "¡No te preocupes bebe, te salvare a como de lugar!"
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Y diciendo esto al hijo amado echo a huir. El otro monito por su lado se encontraba muy aterrado y solo atinaba a aferrarse a la cola de su mama. En la huida la mona choco con un roble estrellando la cabeza del predilecto, quien murió instantáneamente.Cuando perdieron al perro de vista, la mona chillo desconsoladamente por la perdida de su pequeño favorito, mientras tanto el hizo rezagado se encontraba sano y a salvo balaceandose entre las ramas de los arboles
MORALEJA
No siempre el predilecto
conserva vida y afecto