En la carta sólo se hablaba de jugosos pastos y suculentas bolsas de cebada, osea de alimentos que gustaban unicamente al asno.
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-¡Que carta más aburrida! -exclamo el perro bostezando distraídamente -Sigue rápido y saltea algunas lineas, a ver si encuentras
algún párrafo dedicado a manjares suculentos como la carne y los huesos.Cada ves más interesado, prosigió la lectura el asno, finanlizando la carta sin hablar para nada de lo que el perro le interesaba:
- ¡Tira esa carta, querido asno! -le dijo el perro sin disimular su contrariedad. -¡su contenido carece de importancia!
MORALEJA

Vemos asi que los seres egoístas sólo prestan atención a aquelllo que creen de su conveniencia

La fábula esta bien pero es un poco corta.
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