- Deja de llorar pequeño mío ya, si no quieres que te lleve donde está el lobo.
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Pensando que las palabras de la nana podían ser reales, el lobo se pasó la noches enteras bajo la ventana de la casa, esperando a recibir su premio. Semanas después, la nana, para hacer que el niño durmiera mejor, cantaba:- Pero si el lobo se atreve a venir hasta aquí, lo echaremos a patadas.
Al escuchar la estrofa de la canción, el lobo se asustó tanto ante tal cambio de actitud, que se marchó de lugar sin hacer ruido, murmurando casi para sí mismo:
- No hay quien entienda a los humanos que viven en esa casa. Primero dicen que me van a dar a su hijo pequeño y cuando ya me he hecho ilusiones de que eso suceda, van y dicen todo lo contrario.
MORALEJA
Ver también: El lobo y el cordero en el templo
Cree antes en los actos, que en las palabras.
Ver también: El lobo y el cordero en el templo
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