La garza real

Vivía una garza real cerca de un lago donde habitualmente encontraba su sustento. La garza paseaba majestuosa entre las aguas, orgullosa de sus esbeltas patas y su bella figura y consideraba que no había otro animal tan bello como ella en aquella laguna. Ni los pájaros ni los peces tenían su señorío y su porte.

De repente se cruzó ante ella un pequeño pececillo, y la garza, soberbia, lo miró con desdén diciendo: “No tendrás el honor de convertirte en mi alimento. Soy una garza real y merezco algo mejor que tú

Pasado un rato, la garza se encontró otro pez, más pequeño aún que el anterior. Aunque ya comenzaba a tener hambre, la garza volvió a negarse a hacer de aquel pequeño pez su comida

¿Abrir mi pico por tan poca cosa? Soy una garza real, no voy a rebajarme tanto

Durante horas la garza anduvo buscando un alimento que estuviese a su altura, pero no encontró ninguno. Cuando el hambre ya se hizo feroz y la garza flaqueaba de debilidad, encontró un pequeño gusano. La garza lo devoró con ansia tragándose junto a él su orgullo, aquel que le había impedido tomar piezas mejores y más suculentas

MORALEJA
Quien mucho quiere tener, por vanidad lo puede perder
La garza real Fábula
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