El abeto en tono despectivo le dijo al espino:
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- No hay comparación entre tu y yo mírame que hermoso, esbelto y frondoso estoy y con mi madera sirvo para construir grandes embarcaciones, en cambio tu, pues no me llegas ni a los talones.El espino no se acobardo ante tan tremenda provocación y en el acto le dijo pero con mucha prudencia: - ¡ Tienes mucha razón señor abeto, pero si pensaras que el hacha y sierra te acechan constantemente, pues desearías tener la suerte del espino!
MORALEJA

El soberbio perece
y el humilde permanece
