El perro y el asno fábula de samaniego

Había una vez un asno y un perro, que tenían la suerte de trabajar para el mismo dueño. Cansado por la dura caminata de la mañana, el hombre se echó a dormir sobre la confortable hierba. Aprovechando el parón, el asno se puso a comer con tranquilidad; un sentimiento que no compartía el perro, el cual estaba cada vez más hambriento.

-Ten la bondad de tumbarte un momento -dijo el perro-. Si lo haces, podré agarrar con mis dientes, algo con lo que poder saciar esta hambre que me corroe por dentro.

Un ruego, al que no solo no hizo caso el burro, sino que además tuvo a bien contestarle, que era mejor que esperara a que su dueño se despertase, ya que podría disfrutar mucho más de la comida.

Enredados en esta discusión estaban, cuando de un bosque cercano, surgió un lobo. Aterrado ante la idea de que este se lo pudiera comer, el asno pidió al perro que hiciera algo para salvarlo. Un requerimiento al que el perro contestó con la misma frase del asno, siendo este devorado por el lobo.

MORALEJA
Ayuda al que te lo pida, pues de lo contrario, te pagarán con la misma moneda.
El perro y el asno fábula de samaniego

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