El pobre y el rico

Había una vez dos hermanos, uno rico, y el otro miserable. Un día en que el pobre se encontraba en el campo custodiando el trigo de su hermano, vio una figura femenina y, tomándola por un brazo le preguntó quién era:

Soy la Buena Suerte de tu hermano y recojo las espigas que han quedado en los surcos para que aumenten su cosecha. El pobre le preguntó si podía indicarle donde encontrar su buena suerte:

Por Levante - contestó enigmática el hada

El pobre decidió emprender un viaje en su busca de ella, y cuando iba a salir, surgió la Miseria de detrás del horno y le rogó se la llevara con él.

Bueno, métete en este frasco vacío. Guardó el frasco en el bolsillo, y emprendió la marcha, pero llegando a la orilla de un pantano lo arrojó al fondo. Días después entró al servicio de un acaudalado noble, que le ordenó:

Cava una cueva. Cuanto encuentres puedes considerarlo tuyo

El pobre comenzó a cavar y encontró monedas de oro y plata y joyas deslumbrantes de metales y piedras preciosas. Estaba el hombre contemplando con ojos atónitos aquel inmenso tesoro, cuando notó una voz que parecía provenir de un arca cerrada. Abrió la tapa y salió una doncella vestida de blanco, que le dijo:

Yo soy la que has estado buscando hace tanto tiempo..., tu buena suerte. Desde hoy en adelante no te abandonaré jamás” Y tras pronunciar estas palabras desapareció.

El pobre compartió sus riquezas con su señor, quedándole a pesar de ello una gran fortuna. Pero a pesar de su opulencia no olvidó sus tiempos de penuria y socorrió a sus vecinos pobres.

Un día se encontró con su hermano al que contó detalladamente todo cuanto le había sucedido. Lo hospedó en su hogar y al despedirle, le llenó los bolsillos de oro y presentes. Pero el hermano rico carecía de sentimientos nobles y sintió envidia por toda aquella buena suerte, así que buscó un medio de hacer volver la Miseria junto a su hermano.

Volviendo al lugar en que había arrojado el frasco buceó en el fango hasta que consiguió dar con él, abriéndolo y dándole la libertad a la Miseria, que de tan agradecida que quedó, prometió no separarse nunca más de él.

MORALEJA
Mal para otros deseado pronto o tarde llega retornado
El pobre y el rico
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