Los leñadores y el pino

Había un grupo de leñadores que llegaron al un frondoso bosque con intención de talar algunos pinos.

Los hombres comenzaron con la tala pero no tardaron en darse cuenta de que aquellos pinos eran muy gruesos y difíciles de cortar, así que decidieron coger algunos de los que yacían en el suelo ya cortados y con su madera fabricaron unas cuñas para que les facilitaran la tarea.
Los leñadores prosiguieron talando los pinos de aquel bosque y gracias a las cuñas que habían fabricado con la propia madera de éstos, terminaron su trabajo en cuestión de pocas horas.

Se encontraban ya finalizando con la tala cuando uno de los últimos pinos en ser derribado les dijo al grupo de leñadores las siguientes palabras.

Es doloroso ser derribado, pero la verdad es que entiendo que se trata de vuestra tarea. Por eso no odio tanto al hacha que me corta como a las cuñas que le ayudan a acabar con mi vida ya que estas son nacidas de mí misma especie”.

MORALEJA
El daño por los tuyos infligido es el dolor más grande recibido
Los leñadores y el pino
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